Cardenal Sarah, legado pontificio
-
Su Eminencia el *Cardenal Sarah*, legado pontificio de *Su Santidad el Papa
León XIV*, bendice a los fieles con ocasión del 400 aniversario de la
aparici...
El Papa León y los límites del gobierno
-
Por Daniel B. Gallagher Unas décadas enseñando en la universidad me han
demostrado que los estudiantes cada vez están menos preparados para
estudiar teor...
SAN AGUSTÍN ALECCIONADO POR UN NIÑO
-
*San Agustín y el niño junto al mar *
*Pedro Pablo Rubens (c. 1637)*
*U*na vieja tradición, avalada por una amplia representación iconográfica,
cuenta qu...
Nuevo sitio del blog
-
*A partir del lunes 31 de marzo, ya no se publicarán entradas en este sitio
del blog, aunque se conservarán todos los post publicados desde sus
inici...
Estrella, Magos y Belén
-
Para una estrella, hermanos, ver
hay que mirar a lo alto,
y también hay que saber
que las estrellas relucen
más cuanto más oscuro es.
Así miraron ...
-
“Una buena penitencia cuaresmal...luchar contra el mosquito del dengue”,
Mons. Orlando Brandes, arzobispo de Aparecida Del mismo creador de “el
dragón del ...
Racionalismo y fideísmo (y5)
-
Como cierre de esta pequeña serie de entradas sobre las relaciones entre la
fe y la razón queremos insistir en una cuestión que tiene proyecciones
sobre el...
TOGLIAMOGLI IL GIOCATTOLO (…E IL FIASCO)
-
“Noi lanciamo la campagna ‘liberi di partire – liberi di restare’ con 30
milioni dall’otto per mille di aiuti concreti!” così tuona Mons. Galantino,
il pri...
El pecado estúpido
-
Si había algo que impacientaba a Fray Rabieta era cierta clase de monjas y
más si se veía obligado a confesarlas—cosa que le ocurría a menudo, como el
otro...
Oh Jesús, Pontífice Eterno, Buen Pastor, Fuente de vida, que por singular generosidad de tu dulcísimo Corazón nos has dado nuestros sacerdotes para que podamos cumplir plenamente los designios de santificación que tu gracia inspira en nuestras almas; te suplicamos: ven y ayúdalos con tu asistencia misericordiosa. Sé en ellos, oh Jesús, fe viva en sus obras, esperanza inquebrantable en las pruebas, caridad ardiente en sus propósitos. Que tu palabra, rayo de la eterna Sabiduría, sea, por la constante meditación, el alimento diario de su vida interior. Que el ejemplo de tu vida y Pasión se renueve en su conducta y en sus sufrimientos para enseñanza nuestra, y alivio y sostén en nuestras penas. Concédeles, oh Señor, desprendimiento de todo interés terreno y que sólo busquen tu mayor gloria. Concédeles ser fieles a sus obligaciones con pura conciencia hasta el postrer aliento. Y cuando con la muerte del cuerpo entreguen en tus manos la tarea bien cumplida, dales, Jesús, Tú que fuiste su Maestro en la tierra, la recompensa eterna: la corona de justicia en el esplendor de los santos. Amén. (S.S. Pio XII)
S.S. Francisco PP
Oremus pro pontifice nostro Francisco: Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum eius.